Últimamente he desarrollado un amor por las panquecas que antes no tenía. Es que no imaginaba que las panquecas podrían ser tan divertidas. De pequeña eran siempre las típicas panquecas normales, acompañadas de Aunt Jemima. Ahora de grande he descubierto que las panquecas pueden ser de mil formas, tamaños, sabores y colores. Que no hay nada mejor que la miel natural para acompañarlas (salvo algunas excepciones, como esta), y que un poco de tocineta a un lado hace imposible que uno se empalague.
Panquecas de zanahoria, naranja y jengibre con frosting de queso crema
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